PUNCH RAGE COCTAIL (1ERA PARTE)
Aneska siempre había sido una mujer creyente. A pesar de los numerosos reveces por los que pasó a lo largo de sus veinticinco años, siempre se mantuvo firme en su fe. Cada vez que atravesaba una dificultad, como cuando su madre muri0 y la dejó de diez años junto a su padre, o cuando su progenitor se quitó la vid4 tres años después, o cuando su pareja la abandonó junto a su bebé… ella siempre sacaba la cruz de plata que en todo momento llevaba colgada del pecho, la única herencia que le hubo dejado su madre, y se ponía a rezar. Ella creía firmemente en que las cosas se resolverían porque Dios, a diferencia del resto, jamás la abandonaría. Así se lo había enseñado su madre, y ella nunca dudaría de sus palabras. Una nueva prueba se presentó en la vida de Aneska cuando su pequeña hija cumplió los siete años. Hasta la fecha, como sea ella se las había arreglado para poder mantenerse a flote y sobrevivir el día a día junto a su hija. Sin embargo, una vez más el destino le demostraría...